El Poder Sanador de las Plantas: El Regalo de la Naturaleza para el Cuidado de la Piel y del Sistema Nervioso

Por Claudia Barton, BCBA, LBA, CTP

Cuando creo productos, no solo veo ingredientes: veo a las plantas como compañeras. Cada botánico en Luna & Lavender™ tiene su propia historia, energía y cualidades sanadoras. A continuación, te guiaré a través de las hierbas y polvos con los que trabajo, explicando tanto sus beneficios físicos como el apoyo emocional que ofrecen.


Árnica
El árnica es famosa por ayudar con moretones, torceduras y músculos adoloridos. Alivia el dolor y la hinchazón mientras apoya el proceso natural de reparación del cuerpo. Más allá de lo físico, el árnica nos enseña resiliencia: que podemos recuperarnos del impacto y volver más fuertes. Cuando se infunde en un bálsamo, se convierte en un consuelo diario para las articulaciones cansadas y los músculos sobrecargados.

Caléndula
La caléndula, la flor dorada brillante, es conocida como la calmante natural de la piel. Alivia erupciones, enrojecimiento e irritación mientras ayuda a que las heridas cierren suavemente. En la medicina popular, se considera una flor de alegría y protección. Usar caléndula es como envolver la piel en un rayo de sol, recordándonos calidez y seguridad.

Hoja de Ortiga
La ortiga es rica en nutrientes, llena de minerales como hierro, calcio y sílice. Fortalece el cabello y la piel desde adentro hacia afuera y tiene una larga historia como “tónico restaurador”. Energéticamente, la ortiga enseña límites: su picor exige respeto, pero preparada nutre profundamente. En la piel, aporta vitalidad y protección.

Flores de Milenrama
La milenrama ha sido sanadora de heridas desde la antigüedad, usada por guerreros para detener sangrados y cerrar cortes. Hoy en día, apoya la circulación, reduce la inflamación y protege la barrera cutánea. Espiritualmente, se cree que protege la energía y crea equilibrio. En el cuidado de la piel, aporta fuerza y restauración suave.

Diente de León
A menudo visto como “mala hierba”, el diente de león es un poderoso desintoxicante. Apoya al hígado y ayuda a eliminar toxinas de la piel, lo que puede reducir brotes y opacidad. Simbólicamente, encarna resiliencia y esperanza — floreciendo incluso en el concreto. En tu piel, susurra: eres más fuerte que tu entorno.

Toronjil (Melisa)
Apodada la “hierba alegrante”, la melisa ayuda a calmar la ansiedad, elevar el ánimo y aliviar irritaciones de la piel. Aplicada de forma tópica, reconforta condiciones como herpes labial y eccema. Emocionalmente, es un bálsamo para el corazón, fomentando la paz cuando la vida se siente abrumadora. Recuerda que los rituales pequeños y diarios pueden llevar a nuestro sistema nervioso a la calma.

Raíz de Regaliz
El regaliz ilumina la piel, reduce el enrojecimiento y es especialmente valorado para atenuar manchas oscuras. Es un antiinflamatorio natural, lo que lo hace delicado para pieles sensibles. Espiritualmente, aporta dulzura — equilibrando la dureza y ayudándonos a suavizar. Usar regaliz es como añadir gracia y compasión a tu rutina de cuidado.

Raíz de Consuelda
La consuelda es llamada “soldadura de huesos” por su capacidad de acelerar la curación. Ayuda a regenerar tejidos, siendo ideal para quemaduras, raspaduras y piel agrietada. Emocionalmente, nos recuerda que la reparación es posible, incluso tras heridas profundas. En el cuidado de la piel, devuelve la confianza, apoyando el proceso de volver a sentirse íntegro.

Valeriana
La raíz de valeriana es uno de los nervinos más potentes de la naturaleza, ayudando con la ansiedad, la inquietud y el insomnio. Aplicada en la piel, calma la irritación y crea una sensación de enraizamiento profundo. La valeriana lleva la sabiduría de la noche: fomentar la liberación, el descanso y la renovación. Es como una canción de cuna en forma de planta.

Flor de Pasión (Pasiflora)
La pasiflora es tan llamativa en apariencia como poderosa en acción. Silencia los pensamientos acelerados, reduce el estrés y genera espacio emocional. En el cuidado de la piel, aporta antioxidantes que protegen contra el daño relacionado con el estrés. Nos recuerda detenernos, respirar y dejar ir el ruido que nos rodea.

Romero
El romero es estimulante, clarificante y energizante. Aumenta la circulación, favorece el crecimiento del cabello y ayuda a descongestionar la piel. Durante siglos se ha asociado con la memoria y el enfoque, convirtiéndolo en una hierba de claridad. Incluirlo en rituales de bienestar es como presionar un botón de reinicio — vigorizante y a la vez centrado.

Lavanda
La lavanda es la sanadora universal, calmando la mente y suavizando la piel. Reduce el estrés, apoya el sueño y reconforta la irritación. Su aroma por sí solo transmite seguridad y descanso. La lavanda susurra: desacelera, respira, estás cuidado. Por eso tiene un lugar central en casi todas las mezclas calmantes.

Manzanilla
La manzanilla es como un abrazo suave en una taza de té. En la piel, reduce el enrojecimiento, la irritación y la sensibilidad. Emocionalmente, alivia la tensión, el nerviosismo y la sobrecarga. Nos enseña que la sanación no siempre tiene que ser fuerte o dramática — a veces es la suavidad la que restaura el equilibrio.

Raíz de Malvavisco
El malvavisco es rico en mucílagos calmantes que hidratan y suavizan la piel. Es especialmente útil para sequedad, eccema e irritación. Simbólicamente, nos recuerda la dulzura y la nutrición — aportar humedad donde la vida se siente árida. Es como un vaso de agua fresca para tu piel.

Hibisco
El hibisco, conocido como la “planta botox”, reafirma, tonifica y llena la piel de antioxidantes. Sus pétalos rojos vibrantes simbolizan pasión y vitalidad. Nos recuerda que la belleza puede ser audaz y llena de vida. En la piel, devuelve la luminosidad y despierta tanto la piel como el espíritu.

Llanten
El llantén es una hierba clásica de primeros auxilios. Extrae impurezas, calma picaduras y apoya la desintoxicación natural. Se encuentra comúnmente bajo nuestros pies, recordándonos que la sanación puede ser simple y accesible. En la piel, ayuda a recuperar el equilibrio.

Flor de Saúco
La flor de saúco ilumina, suaviza y apoya la inmunidad. Tradicionalmente usada en tónicos, lleva la energía de una abuela — protectora, nutritiva y sabia. En la piel, fomenta la renovación y aporta un brillo delicado.

Gotu Kola (Centella Asiática)
La centella asiática es venerada en el Ayurveda como hierba de longevidad y sabiduría. Estimula el colágeno, repara tejidos conectivos y calma la mente. Energéticamente, es un puente entre cuerpo y espíritu, ayudándonos a sentirnos centrados y elevados a la vez. En el cuidado de la piel, es una aliada confiable para una piel firme y resiliente.

Avena Verde
La avena verde fortalece el sistema nervioso, ayudando con el estrés, la fatiga y el agotamiento. En la piel, calma irritaciones, sequedad y comezón. Simbólicamente, representa nutrición y consuelo — simple pero profundo. Nos recuerda que el cuidado diario construye resiliencia.

Escutelaria (Skullcap)
La escutelaria es un nervino potente que libera la tensión nerviosa y favorece un descanso profundo. Silencia la charla mental y promueve la resiliencia emocional. En productos de bienestar, ayuda a crear espacio para la restauración y la paz interior.

Corteza de Sauce
La corteza de sauce, fuente natural de ácido salicílico, limpia poros, reduce el acné y calma el dolor. Es suave en la piel pero altamente eficaz. Simbólicamente, representa flexibilidad y resistencia — doblarse sin quebrarse. Nos recuerda soltar lo que ya no nos sirve.

Trébol Rojo
El trébol rojo apoya el equilibrio hormonal, la desintoxicación y la claridad de la piel. Energéticamente, es suave y nutritivo, ofreciendo apoyo en tiempos de transición. Recuerda que los ciclos — hormonales o emocionales — son naturales y pueden ser acompañados con cuidado.

Polvo de Pétalos de Rosa
La rosa es la esencia de la ternura. Hidrata, calma y eleva el ánimo, transmitiendo la vibración del amor incondicional. Nos enseña a suavizar — con nosotros mismos, con los demás, con nuestra piel. Cada aplicación se siente como una nota de amor para tu cuerpo.

Tepezcohuite
Conocido en México como el “árbol de la piel”, el tepezcohuite regenera tejidos, estimula el colágeno y ayuda con quemaduras, cicatrices y heridas. Es una planta de profunda reparación y renovación. Usarlo es decirle a tu piel: puedes sanar, puedes renovarte, puedes florecer.

Polvo de Matcha
El matcha aporta poderosos antioxidantes, protegiendo contra daños ambientales mientras calma la inflamación. Ilumina la piel y energiza el espíritu. Beberlo o aplicarlo nos recuerda la importancia de los rituales conscientes — desacelerar y saborear el presente.

Polvo de Ashwagandha
La ashwagandha es un adaptógeno que alivia el estrés y restaura el equilibrio en cuerpo y mente. En la piel, reduce los signos de estrés y fatiga. Energéticamente, construye resiliencia y fuerza interior. Es una hierba de arraigo para quienes cargan demasiado.

Polvo de Cúrcuma
La cúrcuma es sol en forma de polvo. Reduce la inflamación, atenúa manchas y eleva el ánimo. Espiritualmente, trae protección y claridad. Aplicada, fomenta tanto la luminosidad del cutis como la del espíritu.

Aciano (Cornflower)
El aciano calma la piel irritada y reduce la hinchazón, especialmente alrededor de los ojos. Sus pétalos azules brillantes simbolizan claridad y calma. Usarlo se siente como una brisa fresca en un día estresante — refrescante y restaurador.

Corteza de Viburno (Cramp Bark)
Tradicionalmente usada para liberar la tensión muscular y aliviar el dolor. Emocionalmente, fomenta la liberación — del estrés, de la resistencia, de lo que sostenemos con demasiada fuerza. Ayuda al cuerpo a recordar qué significa relajarse.

Jengibre
El jengibre es cálido, estimulante y vigorizante. Mejora la circulación, elimina la estasis y despierta los sentidos. Energéticamente, enciende la pasión y la voluntad. En la piel, aporta calidez y luminosidad, recordándole al cuerpo moverse y fluir.

Flor de Guisante Azul (Butterfly Pea Flower)
El guisante azul es rico en antioxidantes y promueve el colágeno, además de aportar un tono azul intenso a los productos. Simboliza creatividad y transformación. En la piel, trae renovación; en el espíritu, despierta la maravilla.


Bienestar Conductual y Cuidado Herbal de la Piel

Cada hierba que elijo tiene un papel tanto en la reparación de la piel como en la sanación del sistema nervioso. Cuando aplicas estos botánicos en un bálsamo, un baño o un aceite, no solo estás nutriendo tu piel — le estás enseñando a tu cuerpo seguridad, regulación y renovación.

Los rituales con plantas nos recuerdan: la sanación es posible, un paso pequeño a la vez.

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The Science Behind Health & Wellness

Why behavior matters. Why healing is possible. Why small steps work.

When we think of health and wellness, we often think of the body — nutrition, sleep, hydration, movement. But at the core of every lasting change is something deeper: behavior.

As a Board Certified Behavior Analyst (BCBA) and Certified Trauma Professional (CTP), I view health and wellness through a scientific and compassionate lens. I don’t just ask what someone is doing — I ask why.

That’s where the real healing starts.

Why Behavior Matters in Wellness

Every time you choose to care for yourself — by applying a salve, setting down your phone, or pausing to breathe — you’re engaging in a behavior. These actions might seem small, but over time, they shape patterns. Patterns become habits. Habits become a lifestyle.

Behavior analysis teaches us that change doesn’t happen all at once — it happens one moment at a time, with reinforcement, consistency, and care.

The Nervous System & Trauma-Informed Support

For many of us, especially those with trauma histories, even the simplest self-care routines can feel overwhelming or unfamiliar. That’s why trauma-informed care matters. It reminds us that healing isn’t just about doing more — it’s about feeling safe enough to begin.

Behavioral wellness honors the body’s signals, works with the nervous system, and builds safety through predictable, gentle routines. When we approach wellness with compassion and structure, we help the body and mind slowly unlearn survival and relearn connection.

The Foundation of Behavior-Based Wellness

In behavior science, we use tools like:

  • Reinforcement to encourage healthy habits (rewarding what we want to see more of)
  • Prompting and shaping to help build routines gradually
  • Environmental design to make wellness easier and more accessible
  • Data and reflection to track what’s working — and why

These aren’t just clinical strategies. They can show up in your daily life as:

  • A lavender roller next to your bed to signal rest
  • A gentle balm you use after brushing your teeth to mark the end of your day
  • A sensory spray that helps your child transition more smoothly
  • A mantra you whisper each morning as a private moment of grounding

Why This Matters

Because true wellness isn't about extremes.
It’s about repeatable, nourishing actions that help you feel more like yourself.

And the science is clear: when we build wellness routines around behavior, not pressure, we make healing more accessible — for children, for parents, for everyone.

This is the foundation of my work and the intention behind every product I create. I want to help you feel safe in your routines, confident in your care, and connected to the deeper why behind the choices you make.

Mini Mantra:

“Small acts. Safe patterns. Lasting change.”

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